El 47% de los mendigos ha sufrido agresiones y humillaciones.
Eran las dos de la mañana. Dioni había decidido ir a dormir a un cajero porque estaba lloviendo. Entonces cuatro chavales que salían de una zona de copas, abrieron la puerta de la sucursal bancaria y le propinaron una paliza.
"Ahí me pillaron durmiendo en un saco y como era de estos militar y no tenía cremallera, no me dio tiempo a nada. Me comí la paliza. Se fueron tan contentos y se contaban el uno al otro: 'Hemos pegado a un vagabundo'", relata Dioni. Mientras le agredían le llamaban "vagabundo, asqueroso" y le decían "que iba a infectar la zona", como si tuviese una enfermedad.
Como Dioni, el 47% de las más de 30.000 personas sin hogar que viven en España ha sufrido algún tipo de humillación y agresión, según los datos del Observatorio Hatento. Estas situaciones de insultos, vejaciones y violencia no son aisladas en el tiempo, sino que se repiten en el 81% de los casos.
La mayoría de los autores de estos ataques no son sólo neonazis (7%) sino jóvenes que vuelven de fiesta (28%) y que consideran un entretenimiento dedicarse a pegar a los mendigos.
"Estaba durmiendo y cuando estaba cogiendo el primer sueño, me dieron la patada. Eran unos chavales jóvenes que iban a la discoteca. Gente que te pega porque les da la gana a ellos", asegura otra persona sin hogar en el vídeo difundido por Rais Fundación.
Esta ONG ha presentado hoy una investigación detallada sobre los delitos de odio contra las personas sin hogar basada en 261 entrevistas en profundidad realizadas en Alcobendas y Móstoles (Madrid), Murcia, Barcelona, Bilbao, San Sebastián y Sevilla.
Desde esta Fundación han dado la voz de alarma ante el peligroso aumento de las agresiones a personas que viven en la calle. El 42% de estos episodios son insultos o tratos vejatorios; el 40%, agresiones; el 20%, acosos o intimidaciones; el 10%, robos y un 3,5%, agresiones sexuales, entre otros.
Mujeres españolas, las más atacadas
Las personas más vulnerables son mujeres de origen español, con problemas de alcoholismo y que llevan más años en la calle. "Detrás de cada dato hay una historia de dolor. Detras de cada delito de odio siempre hay un prejuicio. Las personas de la calle siguen siendo invisibles porque no son percibidas como víctimas", ha manifestado Luis Perea, director de Comunicación de Rais Fundación.
Muchas de estas agresiones no dejan ningún rastro salvo en las carnes de los afectados. El 63% de los agredidos no acude ni a la policía ni al hospital y apenas un 17% de los encuestados presenta una denuncia en comisaría.
Por este motivo, este informe pretende poner cara al sufrimiento de mendigos y vagabundos, que muchas veces queda impune ante la ausencia de datos e información. "En la calle se pasa mucho miedo, pero mucho. Tienes que proteger tu vida. Vivir en la calle es lo peor que hay", prosigue Dioni, uno de los protagonistas de la campaña.
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