Paperas y tosferina: otras enfermedades ‘antiguas’ que vuelven.
Tosferina, paperas, sarampión, rubéola... Son enfermedades que suenan a antiguo, a dolencias que padecieron nuestros padres o abuelos.
Las campañas de vacunación masivas consiguieron reducir drásticamente su incidencia, pero en los últimos años los registros muestran un repunte. En algunos casos, más que eso: algunas enfermedades vuelven con fuerza, con cuatro veces más afectados en apenas tres años.
Los expertos apuntan básicamente a tres motivos: la negativa de algunos padres a vacunar a sus hijos; niños no vacunados de poblaciones desfavorecidas y con poco o nulo acceso al sistema sanitario y la llegada de población emigrante que no está inmunizada.
El primero de ellos es el que explica el contagio de difteria del niño de Olot de 6 años, que ha devuelto esta enfermedad infecciosa a España después de llevar desaparecida casi tres décadas.
La parotiditis, llamada popularmente paperas, es la enfermedad con las cifras más llamativas.
Las comunidades autónomas registraron 2.172 casos en 2009. Solo cuatro años después, en 2013 (último año con datos del Centro Nacional de Epidemiología), los casos se habían multiplicado por seis, hasta los 13.880.
El aumento de estas enfermedades "se debe probablemente a un cierto descenso de las coberturas vacunales, que facilitan la aparición de brotes cuando la población es más susceptible", explica Antoni Trilla, epidemiólogo del hospital Clínic de Barcelona.
"Estos brotes se han iniciado en lugares como colegios de niños que no se vacunan (Francia), comunidades religiosas (Holanda), o agrupaciones de no vacunados en Gales y Alemania", añade. Y apunta a que hay que tener en cuenta el factor de la movilidad de las personas. "El penúltimo brote de sarampión en Barcelona ocurrió en relación con el festival Sonar: miles de jóvenes de todo el mundo juntitos unos días", añade.
Los casos de tosferina se han multiplicado por cuatro en España entre 2009 y 2013.
El Centro Nacional de Epidemiología registró 538 casos en 2009, que fueron subiendo en los años siguientes: 884, 3.239, 2.462 y 2.299.
"Hace entre cinco y diez años que se detecta este incremento de casos", señala Rafael Cantón, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que puntualiza que los padres antivacunas solo explican una parte.
Las estadísticas no recogen el porqué de la no vacunación de los afectados. "Podríamos estar bajando del 90% de cobertura vacunal y eso nos preocupa", añade.
La vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) se introdujo en el calendario de vacunación infantil en España en 1981. En 1996 se incorporó una segunda dosis que "produjo una fuerte reducción de los casos de sarampión", según señala un estudio de 2013 de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Hasta 2009 la incidencia anual de sarampión se mantuvo en niveles de eliminación, por debajo de un caso por 100.000 habitantes. Pero entre 2010 y 2012 Europa occidental y central sufrieron un rebrote.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso el objetivo de eliminar la trasmisión endémica del sarampión y de la rubéola en la región europea en el año 2015.
Los datos muestran que no se va a cumplir.
El objetivo de la eliminación solo se conseguirá si se mantienen coberturas de vacunación con dos dosis de vacuna triple vírica (sarampión, parotiditis, rubéola) superiores al 95%.
Actualmente la cobertura de esta vacuna en España es del 90,7% para la segunda dosis (niños de 3 a 6 años), según el Ministerio de Sanidad. En 2007 era del 95%.
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