
Hola amig@s, el tema de hoy trata sobre la cia o mejor dicho sus "empleados", en este caso se trata de joseph scheider conocido por dr. muerte, por ke le llamaron asi? pues digamos ke era una especie de frankenstein, hizo incluso experimentos con los muertos, como muchos otros tambien muy interesantes, aunke digamos ke el despacho, o la habitacion donde practikaba estos esperimentos la llamaron "la casa de los horrores" asi ke imaginaoslo, os dejo con la noticia.
CIA, Joyas de Familia
El PROYECTO 'MKULTRA'
(13 ABRIL 1953 - 4 AGOSTO 1964)
“Han dicho de mí que jugaba a ser Dios, y eso es una barbaridad. Me limitaba a utilizar los dones que el Altísimo me había concedido para intentar defender unas convicciones que sigo manteniendo: creo que Estados Unidos tiene derecho a defenderse por todos los medios posibles”. Así hablaba Sidney Gottlieb, científico jefe de la CIA, durante una conversación con el famoso escritor Gordon Thomas. Pero quién era realmente este científico a quien en la CIA denominaban como ‘Doctor Muerte’.
Nacido en 1919, dentro del seno de una familia de judíos húngaros, el doctor Gottlieb, alias ‘Joseph Scheider’, fue el controvertido asesor científico y jefe de la División de Servicios Técnicos de la CIA, conocida también como la ‘Casa de los Horrores’. En 1940, se licencia con todos los honores en ciencias químicas en la Universidad de Wisconsin. En 1951, Scheider su apellido real, consiguió su doctorado en químicas en el Instituto Tecnológico de California. Ese mismo año, sería reclutado por la CIA, cuando aún se encontraba en el campus universitario. A pesar de haber podido conseguir un puesto mejor remunerado en la industria química privada, a Gottlieb le llamaba una especie de patriotismo y una ética que él podría manipular en interés propio y de los Estados Unidos. Sin duda la agencia iba a ser el campo de pruebas para sus experimentos.
Allen W. Dulles, director de la CIA entre 1953 y 1961, declararía años después que “Gottlieb había nacido para la CIA y la CIA era para Gottlieb una ‘compañía’ a su medida”.
En la Agencia, el químico trabajó día y noche, en diversos experimentos mientras iba escalando en el escalafón de la División Técnica, hasta alcanzar el puesto de jefe de la División Química de la TSS. Sin duda nadie podría sospechar de aquel químico, que residía junto a su esposa Margaret Moore y sus cuatro hijos, en aquella granja de doce hectáreas. Gottlieb se ocupaba de ordeñar sus propias vacas y cabras antes de salir cada mañana hacia su trabajo en el laboratorio secreto de la CIA. En más de una ocasión, llegó a su trabajo cargado de vasijas herméticamente cerradas con leche natural en su interior. A Gottlieb le gustaba regalar leche a sus compañeros de trabajo, aunque estos jamás se atrevieron a probarla.
Poco a poco, el ‘Doctor Muerte’ llegó a hacerse un nombre dentro de la comunidad de inteligencia, debido a que Gottlieb era el científico encargado de diseñar y crear en la década de los cincuenta y sesenta, los venenos que después serían utilizados por la CIA para asesinar a un espía enemigo o a un jefe de Estado o de Gobierno molesto. Él sería el responsable de experimentar con drogas para intentar controlar la mente de posibles enemigos, durante las llamadas operaciones MKULTRA y MKSEARCH. Sin duda el químico fue el niño mimado de varios DCI’s. De Allen Dulles a John McCone, de William Raborn a Richard Helms, pero esa suerte le iba a abandonar cuando en 1973, sus ‘mortíferos inventos’ fueron revelados en las ‘Joyas de Familia’. En consecuencia, se ordenó a Sidney Gottlieb que destruyese todos sus informes secretos para que no cayesen en manos de los investigadores del Congreso y Senado. Sin duda, Gottlieb y sus jefes en la CIA sabían que había muchos ‘trapos sucios’ que esconder.
Por ejemplo, el doctor financió, lideró y controló diversas pruebas de torturas, realizadas bajo estricto control médico. Para ello reunió a un grupo de médicos, químicos y expertos con ideas similares a las suyas, en un equipo ‘ultrasecreto’ y compacto. Sidney Gottlieb pagaba a sus colaboradores con fondos especiales de la CIA y que sólo él controlaba. Para el científico, su trabajo en la CIA era vital para la seguridad nacional de los Estados Unidos, y él mismo, se veía como parte integrante de un gran engranaje que servía, única y exclusivamente a un solo cliente: el Presidente de los Estados Unidos y sus intereses en cualquier punto del planeta. A ‘sus’ nuevos reclutas, Gottlieb les enseñaba primero la placa que estaba situada a la entrada del edificio principal de la CIA: ‘La verdad os hará libres’ y después los llevaba hasta la misma puerta de su despacho, en donde otra placa mostraba el lema: ‘El trabajo os hará libres’, el mismo que aparecía en las puertas de los grandes campos de exterminio del Tercer Reich. Para el ‘Doctor Muerte’, ambos lemas, eran uno sólo.
Sidney Gottlieb era un experto en inventar sustancias químicas para provocar terror; situaciones con las que desorientar a un prisionero, como el aislamiento continuo en lugares reducidos y a oscuras; o sencillamente en la utilización de ‘electroshock’ para reducir la resistencia de un prisionero. A él se deben todos estos sistemas de torturas. También a Gottlieb se debe la utilización como ‘conejillos de indias’ de sus propios compañeros de experimentos.
El 19 de noviembre de 1953, Frank Olson, un científico de la División de Operaciones Especiales del Cuerpo Químico del Ejército, con base en Fort Detrick, Maryland, bebió una copa de licor junto a varios de sus colegas. El licor contenía una alta dosis de LSD.
Desde hacía semanas, Olson se había mostrado contrario a muchos de los experimentos que habían llevado a cabo en MKULTRA y así se lo hizo saber a su jefe, el doctor Sidney Gottlieb. Sin duda el jefe de la operación temía que Frank Olson terminase abriendo la boca con un periodista o un congresista. Si se descubría lo que estaba haciendo la Agencia, estaba claro que MKULTRA podía darse por muerta. El ‘Doctor Muerte’ decidió consultar el posible problema con Richard Helms, el director de Operaciones. Helms fue claro: “Si Olson habla, la CIA se verá obligada a finalizar MKULTRA”.
Gottlieb ordenó entonces a George Hunter White, su mano ejecutora que introdujese el LSD en la bebida de Olson. Al cabo de media hora de haberla ingerido, Olson comenzó a alucinar y a hablar de cosas extrañas. Dijo que podía verse los huesos y como circulaba el riego sanguíneo dentro de su cuerpo. Dijo también que todos lo que trabajaban con él eran espías y que no deseaba hablar con ninguno de ellos. Diez días después, Olson subió a la terraza del hotel Statler de Manhattan y se lanzó al vacío. El alucinógeno había sido introducido en la bebida de Olson por orden del propio doctor Sidney Gottlieb, jefe de la División Química del Staff de Servicios Técnicos (TSS) y perteneciente al Directorio de Planes y Operaciones y con la autorización de Richard Helms, director de Operaciones, y de Willard Machle, el jefe de Gottlieb en la CIA.
Olson era bioquímico y un estrecho colaborador de Gottlieb, que se había especializado en la fabricación de sustancias mortales, introducidas en desodorantes, cremas de afeitar, dentífricos o repelentes de insectos. Olson era capaz de inocular la ‘peste negra’ a través de un inocente bronceador o crear un veneno capaz de matar a cientos de personas y camuflarlo, en una sencilla carga de tinta de una estilográfica. El primer experimento de Frank Olson para MKULTRA, fue el crear una sustancia que una vez ingerida, alteraba la identidad sexual del receptor. La sustancia fue probada, sin autorización legal, en una prisión de Kentucky y como resultado de ello, más de la mitad de la población carcelaria de esa prisión sufrió impotencia durante varios años. Otro invento en el que trabajó fue el crear una sustancia con un olor parecido a la diarrea, introducirla en tubos de pasta dentífrica y distribuirla por los países del bloque comunista. Quien se lavaba los dientes con las pasta de Olson, jamás perdía el sabor a diarrea en la boca. En esto estaba trabajando cuando fue destinado por la CIA al proyecto de ‘control mental’.
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