La Guardia Civil cree que la novia del padre de Gabriel lo mató por los celos.

La detención se ha producido después de que los investigadores le tendieran una trampa. El pasado viernes le pidieron que les acompañara a la zona llamada El Cuarenta donde Ángel y su familia tienen la propiedad de una casa de la que ella dispone de llaves a la salida de la vecina población de Rodalquilar. Sospechaban que había ocultado por allí el cadáver o tenía retenido al niño aún vivo. También le dijeron que una cámara había detectado el paso de un coche de un familiar en esa zona. El objetivo era que creyera que iba a ser descubierta de modo inminente para que se arriesgara a trasladarlo.
Al igual que había ocurrido en los últimos días, policías de paisano la siguieron discretamente hasta que pudieron grabar el momento en que sacaba al pequeñito de un pozo situado cerca de la casa. Las sospechas de la familia habían hecho que le quitaran las llaves pero a nadie se le ocurrió mirar en ese pozo.
Luego la dejaron seguir, por si se encontraba con algún cómplice. Cuando estaba a punto de entrar en un párking cercano al domicilio familiar que compartía con Ángel en Puebla de Vícar, a unos 70 kilómetros de Hortichuelas, las fuerzas de seguridad le han dado el alto y le han obligado a abrir el maletero. Incluso en ese momento, cuando tras levantar una manta ha aparecido el cuerpo sin vida del pequeño cubierto de barro, sus primeras palabras han sido que alguien le había colocado el cadáver ahí sin que ella lo supiera, porque venía de la playa. No sabía el exhaustivo seguimiento que le habían realizado hasta entonces.