El sumario del triple crimen de Usera acusa a un militar americano.

Cuarenta y ocho horas después del intercambio de correos el supuesto homicida se presentó en el despacho y preguntó por Víctor. En las pesquisas consta que desde el despachó se llamó a las 14.00 horas al móvil de Víctor para avisarle que tenía una visita. Cuatro horas después el presunto criminal se marchaba del bufete tras acabar a puñaladas con la vida de la abogada del bufete Elisa Consuegra, de 31 años, de la secretaria Maritza O. R., de 46, y de un cliente, Pepe C. V., un taxista de 42 años. Las dos mujeres eran cubanas y el hombre, ecuatoriano.
El supuesto asesino prendió fuego al despacho intentando destruir las pruebas. Las averiguaciones destacan que los tres crímenes se cometieron con el mismo patrón. También el sumario refleja como el supuesto criminal planeó varias coartadas para hacer creer que en el momento del asesinato estaba en Alemania. Allí dejó su teléfono móvil y también reservó una habitación en un hotel.
Huyó a Colombia
Al día siguiente del triple crimen el sospechoso llegó a Barajas para huir a Colombia. La Policía le llegó a identificar y a interrogar en el aeropuerto y así consta en el sumario.
El trabajo de los agentes de Homicidios y de la Brigada de Policía Judicial también señala que los vídeos recogidos por las cámaras de seguridad de la zona de Marcelo Usera no pueden acreditar que el militar americano sea el hombre que sale de la casa y se pasea por la zona.
Asimismo, tampoco se pudieron recoger en la escena del crimen pruebas contundentes que puedan concluir que el sospechoso estuvo en el despacho. No hay huellas, ni rastros de su ADN que se pensaba que podrían estar en el tapón de una botella de agua.
Pese a todo la Policía cree que el militar es el posible autor del crimen y le busca por varios países de Sudamérica donde puede esconderse. Los agentes también creen que Víctor viajaba a Alemania y que mantenía una relación con la pareja del sospechoso.
Lo que parece extraño es que el militar acudiese a vengarse con la idea de matar al dueño del despacho y al no encontrarlo se ensañase con víctimas inocentes.
Hay allegados de Elisa que aseguran que hay muchos datos que no encajan y que no creen en la tesis pasional. Sospechan que Víctor esconde cosas y que todas las pesquisas policiales se basan en datos aportados por él. Hay parte del sumario que sigue secreto y que puede que contengan otras líneas de investigación que den un vuelco al caso. Víctor, de momento, sigue siendo testigo protegido y sigue vigilado a diario por la Policía.
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