10 detenidos por agredir a la Policía cuando celebraban una boda gitana y la salida de la cárcel de un joven.
La celebración de una boda gitana y la puesta en libertad de un joven preso de 22 años en una casa del casco histórico de Almería se convirtió el pasado viernes en una batalla campal que se saldó con 10 detenidos, siete hombres y tres mujeres, que lanzaron piedras y la emprendieron a patadas y puñetazos contra los policías que acudieron por quejas de ruidos. Cinco de los agentes resultaron heridos por las pedradas y los golpes.
La fiesta se celebraba en una casa de la calle Chamberí, a las faldas de la Alcazaba de Almería, desde primera hora de la mañana, por un grupo de más de medio centenar de familiares, amigos y vecinos de los novios y del preso. A partir de las 12.00 del mediodía, la Policía Local comenzó a recibir llamadas de personas que se quejaban del excesivo ruido de la celebración, por lo que una patrulla se trasladó al lugar.
Los presentes en la fiesta dijeron a los agentes que reducirían el ruido, pero cuando la patrulla se marchó sacaron a la calle siete grandes altavoces -del tamaño de una lavadora, según fuentes policiales- y pusieron música a todo volumen, como señal de respuesta a los vecinos que les habían denunciado.
Esta reacción motivó nuevas quejas a la Policía, por lo que dos patrullas se presentaron de nuevo en el lugar, aunque esta vez fueron recibidos con insultos, pedradas, lanzamiento de latas y botellas de cristal, así como a patadas y puñetazos. Los novios trataron de poner calma en todo momento entre sus allegados para impedir que la celebración de su boda se convirtiera en una pelea multitudinaria, pero finalmente les fue imposible contenerlos, según la Policía Local.
Los agentes no solo tuvieron que movilizar a prácticamente todos los agentes municipales de servicio, sino que también fue necesaria la intervención de dos unidades de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional para calmar los ánimos y acabar con las agresiones. A lo largo de los incidentes se congregaron en la zona más de 80 personas.
Como consecuencia de las agresiones, cuatro agentes de la Policía Local y uno de la Nacional sufrieron lesiones de diversa consideración, aunque ninguno resultó herido de gravedad.
Posteriormente, agentes adscritos a la Brigada de Policía Judicial iniciaron una investigación para identificar a todas las personas que participaron en la agresión. A continuación se procedió a su localización y detención de diez personas con edades entre los 18 y los 43 años como presuntas autoras de delitos de atentado a agentes de la autoridad. Entre los detenidos se encuentra el joven que celebraba su reciente salida de la cárcel y otras personas con antecedentes policiales. La dueña de la casa donde tenía lugar la celebración ha sido detenida en cuatro ocasiones por tráfico de drogas, aunque no fue arrestada en esta ocasión.
