Hola amig@s. hoy traemos un titular muy extraño, pues trata sobre un niño operado de corazon, del cual la guardia civil cree ke su madre se lo ha llevado a su tierra natal y ke una ong cree ke realmente estan siendo retenidos...
La misteriosa desaparición del niño al que se le paró tres veces el corazón.
El jueves 4 de agosto decenas de vecinos de Santa
María de Trassierra, una pedanía de Córdoba a 15 kilómetros al noroeste
de la capital, se habían congregado frente al Centro Cívico para asistir
al cine de verano proyectado en su fachada. Echaban una película de
dibujos animados, la del osito Paddington.
Pero
el pequeño
Muadh, un alegre keniata de cuatro años y medio al que ahora buscan por
toda España las fuerzas de seguridad, se lo pasaba mejor correteando
por el colindante parque infantil con los niños españoles de este
pueblo, formado sobre todo por casas de recreo de cordobeses
capitalinos, recuerda el delegado municipal, Jerónimo Salazar.
En una de
las mesas del cine improvisado, cenando en la terraza del bar El
Candil-2, estaba
su madre, Habida Gele Owlo, de 34
años, con su vestido tradicional africano de larga falda colorida y el
pelo tapado con un chal oscuro de musulmana.
Habida
se sentaba junto a Francisco y Amparo, el matrimonio de jubilados cordobeses que desde marzo acogían a su niño y a ella
tanto en su vivienda de Córdoba capital como, llegado el verano, en su
chalé con piscina de Trassierra, en la boscosa Sierra Morena. La madre
keniata tenía motivos para estar feliz. Su chiquillo de piel morena como
la sierra jugaba esa noche a pleno corazón.
Pero este "ejemplo de
supervivencia", como define al crío el delegado en Córdoba de la
asociación Infancia Solidaria,
Ángel Parejo Carvajal, podía entonces llevar ya cinco meses muerto.
Tres veces se le paró el corazón en la noche del 17 al 18 de marzo y otras tantas los médicos del hospital público Reina Sofía lo rescataron de las paradas cardiorrespiratorias.
Tres operaciones "a corazón abierto" y "a vida o muerte" a cargo del equipo de cirugía cardiaca infantil que dirige Jaime Casares
lograron corregirle a Muadh su severa cardiopatía congénita que le impedía hasta andar.
Tras una intervención de emergencia para evitar su muerte,
la operación definitiva para curarlo, la tercera, la acometieron durante siete horas el 31 de mayo.Una semana después, el pequeño ya reía en la cama del hospital,
con el pecho cubierto por sensores que registraban el latido de su
corazón.
"Qué alegría verte así, Carahuevo, después de lo que has
pasado... definitivamente estás hecho de otra pasta", le escribía
cariñosamente Ángel en su Facebook junto a un vídeo del pequeño
saludando radiante a la cámara.
El niño pobre y desnutrido, al que
Infancia Solidaria había traído desde Kenia acompañado de su madre para
salvarlo in extremis de una muerte segura por rotura cardiaca,
se había curado. Madre e hijo, acompañados por voluntarios de la asociación y recibidos por su familia de acogida,
habían llegado a Córdoba el 16 de marzo.
El día siguiente ya lo internaron de urgencia porque se le paraba el
corazón. Se moría. Apenas tres meses después, el 21 de junio, le daban
el alta definitiva: ya no tendría ni que tomar medicamentos ni que pasar revisiones.
Empezaban unas
semanas tranquilas de recuperación
en la casa de verano de la solidaria familia acogedora. Aprovecharon
para revisarle la vista y le pusieron unas gafas azules. En Trassierra, a
37 minutos en autobús de Córdoba, el encantador Muadh iba por las
calles de la pequeña pedanía de la mano de su madre y de sus abuelos
españoles, que lo llevaban a la farmacia a pesarlo y al parque infantil a
que jugara.
La madre también iba sola a comprar el pan a la panadería y
a recargar el móvil en el supermercado. Los días pasaban y
se acercaba la hora de regresar a Kenia: la reserva del avión la tenían para el martes de esta semana,
9 de agosto.
Dos días antes,
el domingo 7 a las 10.15 de la mañana -según relata a
Crónica Ángel Parejo en nombre de la familia acogedora, que no quiere hacer declaraciones-,
Habida comunicó a Francisco y Amparo que, como cada día,
salía con Muadh a dar un paseo al parque infantil, a apenas 200 metros. Se lo tendría que decir por señas, porque "
es analfabeta" y no habla inglés ni español, sino suajili, la principal lengua de
África
oriental (un enfermero con experiencia en Kenia y su mujer keniata
fueron traductores ocasionales en el hospital). Los esperaban pronto.
Pero ya no volvieron. Ni a la casa de acogida ni a Kenia.
La
familia, "que está destrozada", avisó de su ausencia y al día siguiente
el representante de la ONG denunció la desaparición del niño y su madre
ante la Policía Nacional.
La Guardia Civil, que por la zona rural en que se encuentra Trassierra se ha hecho cargo de la investigación,
cree que lo más probable es que la madre se haya llevado al niño voluntariamente para no regresar a Kenia,
aunque no descarta ninguna hipótesis, según una fuente consultada del
cuerpo. El juez del Juzgado de Instrucción 1 de Córdoba ha sobreseído
provisionalmente el caso a la espera de los resultados de la
investigación.

Sin embargo,
la ONG, representada por Ángel Parejo,
sostiene que alguien ajeno a la familia de acogida, la asociación y los vecinos
ha captado a Habida "con engaños" y la tiene "retenida contra su voluntad".
Señala que la madre dejó en la casa sus maletas, "hechas ya para el
viaje de vuelta", y hasta un dinero que los acogedores le habían dado
para su retorno. Eso sí, se llevó su pasaporte y el de su hijo. Muadh y
Habida no pudieron irse a Córdoba en autobús (la parada está junto al
parque). El primero sale a las nueve de la mañana y cuando se les perdió
de vista eran las 10 pasadas. El abuelo acogedor empezó a buscarlos
antes de las cuatro de la tarde, cuando parte el siguiente autobús.
Se
ha corrido la voz de que había una furgoneta y que unos días antes
vieron a Habida sentada en la terraza del mesón Los Monteros con otra
mujer con velo como ella. A Juan, el dueño del bar La Cabaña, le parecen
ahora sospechosos los tres "marroquíes" a los que sirvió cafés y
tostadas días antes y que preguntaban "nerviosos" por alguna casa para
alquilar. El delegado de la ONG subraya que
Muadh y su madre no se relacionaban con desconocidos, ya fueran españoles o extranjeros, fuera de su reducido círculo de acogida, aunque, según ha publicado Diario Córdoba,
la Guardia Civil estudia si llamadas con origen o destino en Jaén registradas en el móvil de la madre, que ella se llevó y que está sin señal,
tienen relación con su ausencia. Estudian además una
posible llamada de Habida a su hermano en Sudáfrica al día siguiente a su desaparición diciendo que estaba bien y en Córdoba.
En Infancia Solidaria están muy preocupados. No
les encaja esta desaparición. De los 200 niños y niñas de Honduras,
Colombia, Nicaragua, Senegal, Camerún o Kenia a los que han traído en
diez años para que los operen (la mayoría del corazón) en hospitales de
Andalucía, Aragón, Cataluña y Madrid, es la primera vez que un paciente
desaparece con su familia biológica en España. Sostiene su delegado que
después de meses de zozobra en el hospital todos están deseando regresar
a sus países.
Muadh tiene en Kenia a dos hermanos mayores, de unos 9 y 8 años, y a su padre, el marido de Habida, destaca Ángel.
Una isla cerca de Somalia
Ángel conoció a Muadh cuando visitó en diciembre el hospital que la asociación Anidan y la Fundación Pablo Horstmann regentan en Lamu, Kenia. Además de la grave cardiopatía que lo condenaba a morir pronto,
el niño sufría "desnutrición severa",
en una región donde se ha declarado varias veces el estado de hambruna.
La isla de Lamu está en el archipiélago del mismo nombre, en la costa
noreste de Kenia y a cien kilómetros de Somalia, país del que es
originaria Habida, aunque ella y su hijo tienen pasaporte keniata. Es
una zona de idílicas y vírgenes playas frente al Índico, pero marginada y
con escasos recursos sanitarios. ¿Se concertó el padre de Muadh desde
Kenia para que su mujer se quedara con el niño en España tras la exitosa
operación? ¿Lo decidió ella? ¿Tienen familiares o conocidos en Europa
que los tengan ocultos queriendo ayudarles? ¿Conoció a otros musulmanes y
cambió de actitud? ¿Tratantes de personas la han captado con engaños
para explotarla?
Es un misterio. La embajada de Kenia en Madrid se enteró este miércoles por
Crónica de la desaparición denunciada dos días antes. Si alguien los ve, que avise a las fuerzas de seguridad.
El niño al que se le paró tres veces el corazón no ha acabado aún su aventura de infarto.